Los aranceles como estrategia de presión de Trump
El presidente estadounidense amenazó con aranceles a Colombia para que aceptara las deportaciones. ¿Puede hacerlo según las normas de la OMC? ¿Qué efectos tendrían en Colombia o, por ejemplo, en México?
Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Colombia, Gustavo Petro, se enzarzaron en un cruce de declaraciones que elevó la tensión entre ambos países. Petro dijo que no aceptaría vuelos con deportados si no se respetaban sus derechos básicos. Trump amenazó con imponer aranceles a Colombia. Petro dijo que respondería con aranceles a los productos estadounidenses. Trump elevó la apuesta y Petro acabó cediendo y aceptando los aviones con colombianos deportados.
"Puedo entender perfectamente a Colombia", afirma Holger Görg, director del Centro para la Globalización del Instituto para la Economía Mundial de Kiel (IfW), porque "es muy dependiente de Estados Unidos como socio comercial". Más de una cuarta parte del comercio internacional colombiano se hace con EE. UU., explica. Sin embargo, Colombia no está ni entre los veinte principales socios comerciales de ese país. "Unos aranceles estadounidenses tendrían un gran impacto en la economía colombiana", dice. Pero no al revés. Colombia tendría todas las de perder en una guerra comercial.
Aranceles contra las reglas del comercio internacional
La Organización Mundial de Comercio (OMC), a la que están adscritos ambos países, prohíbe imponer aranceles discriminatorios contra otro miembro salvo en casos excepcionales, como un importante desequilibrio económico temporal, o uno en el de que esté en juego la seguridad nacional. Esta razón es la que alegó Trump, aunque de forma obviamente exagerada. "Eso está muy claro aquí", afirma Görg: los aranceles irían "contra las normas de la OMC".
Para el experto en comercio internacional de Kiel, "a Trump claramente no le importan estas reglas, ni el orden comercial internacional. Creo que eso ya quedó claro durante su primer mandato y mucho más ahora". El primer caso en el que se aplicó el procedimiento de resolución de conflictos de la OMC fue un contencioso entre Venezuela y Estados Unidos en 1995. El panel designado para ello dictaminó en favor del país caribeño y Washington acató la decisión. "Creo que también es de suponer que Trump no acatará ninguna decisión de la OMC", teme Görg.
Las amenazas han funcionado
No obstante, el analista alemán admite que no se ha vulnerado ninguna regla, porque no se ha introducido en realidad ningún arancel. Únicamente se ha amenazado con ellos. Y, para él, ése es el problema: que no ha hecho falta. Trump ha visto que las amenazas funcionan. Han bastado un par de mensajes en las redes sociales para que Colombia diera marcha atrás. "Así que tenemos que estar preparados para el hecho de que esto vuelva a ocurrir más a menudo y que otros países, como China, puedan utilizar también este recurso", avanza.
¿Pero contra quién va a utilizar este recurso Trump? ¿Con México, al que también ha amenazado con aranceles? "Ahí la cosa sería diferente, porque México es un socio comercial importante para Estados Unidos", dice Görg. Es, de hecho, el principal socio comercial actualmente de Washington. "Y eso significa que si los EE. UU. imponen aranceles a los productos mexicanos, tendría un gran impacto en la economía estadounidense y elevaría sin duda la inflación", explica.
¿Una guerra comercial con México?
"Se trata de mucho más que de una 'guerra comercial', se trata de medidas unilaterales con respecto al resto de los países, incluyendo a la Unión Europea y a América Latina y el Caribe, que modifican las relaciones internacionales que hemos vivido desde 1944", dice Enrique Dussel Peters, profesor de Economía en la UNAM. Él ve en la estrategia de Trump "un escalamiento del 'security-shoring' [relocalización de seguridad]" en el que prima la "seguridad nacional" y no "el libre comercio o el multilateralismo con base en la reciprocidad desde los acuerdos de Bretton Woods".
Las deportaciones también tendrán un impacto económico
Peters recuerda además que "México ha recibido a más de cuatro mil deportados, la mayoría mexicanos, pero no sólo, en la primera semana de la gestión de Trump". Y teme que, aun habiéndolo aceptado, todavía está por ver si Estados Unidos le impondrá o no a México aranceles unilaterales. Su colega en la Universidad Nacional Autónoma de México, Karla Valverde, coordinadora del Posgrado en Ciencias Políticas, destaca que esos migrantes devueltos, además, dejarán de aportar a la economía estadounidense.
Ella pide no minimizar las amenazas de Trump, pero tampoco sobredimensionarlas. "También hay que pensar que a Estados Unidos tampoco le conviene poner aranceles", afirma. Y está de acuerdo en que Trump "no solamente le está hablando a México y a América Latina, hay que estar muy atentos a cómo reaccionan los distintos países".
Fuente: dw
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